Lola Deán Guelbenzu

Nace en Madrid y pasa su primera infancia en las Islas Canarias, allí experimenta la calma y serenidad del sonido de las olas, sintiéndose atraída por el mar y sus misterios. Está vinculada familiarmente a Cascante y la Ribera Navarra. La conexión que mantiene con el agua y con la Casona de sus antepasados, no solo se presenta en esta obra, son elementos intrínsecos en su vida.
Estudió periodismo y trabajo social, desarrollando su profesión en la función pública.
Escribe desde muy joven. De 1973 a 1975 perteneció al Grupo de Poesía Aitzkora. Sus primeros versos se recitan en el Ateneo de San Sebastián y se publican en algunos diarios vascos.
En 1981 participa en el libro Poemas (primera selección de Nuevas Voces) en la editorial Torremozas, obra por la recibe la felicitación, entre otros, del poeta Jorge Guillén y cuyos versos recita en el Ateneo de Madrid y en la Facultad de Filosofía y Letras de la capital.
Desde 1985 ha recibido distinciones y diplomas por su participación en numerosos recitales.
Coordina la tertulia poética La flor de cristal, junto al poeta Eduardo Benítez, con quien organiza los Encuentros poéticos de Majadahonda.

Tiene publicados los poemarios: Antología de poetas de Madrid (2013); Tiempo y vida (2014), con tres ediciones; Solo los locos dan sabor a la vida (2015); Versos de azúcar y sal (2016); Vida y tiempo (2017); Si el verso o la palabra fueran alma (2018); Mil maneras, Parte I (2019) Parte II y III (2020); Crisálida (2021); Decirte que (2021); Miel agridulce (2022); La inexactitud de la existencia (2023) y las novelas de la trilogía “Las llaves de la Casona”:
Parte I – Fantasmas en la Casona
Parte II – El guardián de la Casona
Parte III – Solo tú, Nekane

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