Descripción
La puerta entornada
Emilio Piñero Guilamany, en esta novela, nos va pincelando su concepción del amor y de la vida, de la familia, de la amistad y de la soledad, de la desesperación, pero sobre todo de la esperanza. A través de un curtido y maduro Alejandro y un entrañable e ilusionado Pitu nos va dibujando cómo una historia de tristes y silenciosos desencuentros vitales puede dar un giro inesperado. Y con magistral complicidad nos permite decidir hasta dónde deseamos que se pudiese cerrar, en nuestra reflexión lectora, esa puerta.
Una elección racional de la finalización de la vida propia se nos regala, en el propio título de la novela, la llave, con la que los personajes defienden mejor que nadie los planteamientos de Agustín de Hipona, Aquino o Kant negándose a hacer lo que de ellos se espera; Hume, Jacob Appel, incluso Durkheim, tienen su momento.
(Del prefacio de Isabel de la Cruz)
Llevaban sus maletas preparadas desde la noche anterior, y su valija, recuerdo de sus tiempos de diplomático, aguardaba ser cerrada con llave con todos los pasaportes y documentos propios del paso por controles de policía y aduanas. Hubo tiempos en que esa cartera era de paso franco, pero ahora en otras circunstancias era un recuerdo de valor incalculable especialmente desde el punto de vista moral. De ella nunca había sido extraditado el pasaporte de la única mujer que había amado mucho más que a sí mismo, y tan solo les separaría oficialmente un final como el que estaba previsto.
(Fragmento del capítulo 17 de este libro titulado «La puerta entornada»)
Un regalo del destino
Un horizonte digno de ser descubierto.
Un baile entre lo explícito y lo sugerido.
Un equilibrio magistral entre el detalle meticuloso
y el espacio para la interpretación personal.
Un tema espinoso, relatado con gracejo, que amalgama con destreza
la vida cotidiana con la profundidad de las reflexiones más existenciales.
(Del prólogo de Sergio Gómez Moyano)
Despertamos sobre la pista de aterrizaje
sin lenguaje ni mapas ni notas en qué pensar.
Abandonamos los momentos más oscuros
interrumpidos por los rayos de sol…
La danza de la vida al pasar…
(Estrofa del poema La espera
Del cantautor Miguel A. Hernández)
Pablo de Benavides –
Me ha gustado mucho. Una historia realmente iluminadora. Su trama mantiene bien la atención. Al señor conde se le coge cariño… Más de una vez te asaltan las risas y, otras, se empatiza con las desgracias de los viajeros… El mundo necesita precisamente este tipo de historias, donde la bondad triunfa.