Descripción
El último grito de LORCA
Un fusilamiento fallido
Nadie puede negar la influencia y el encanto de García Lorca sobre la Generación del 27. Con sobrados quilates académicos, históricos, sociales, humanos e idealistas, por donde la autora se desliza etérea con sus zapatillas de ballerina para detenerse en Federico, quien ama la libertad por encima de las normas, al igual que Fiama, esa presencia que deambula con su espíritu y su poder hechizantes, fuera de su estatua, reconociendo que el hombre nace libre y llora al nacer por un grito de protesta, aun sin conocer su destino. El poeta en su relación con Dalí, Neruda, Falla, Buñuel, incluso con el propio Cernuda, deja claro que respiran el mismo aire y sienten las mismas pasiones bajo el influjo y cadencia lírica de Patricia Merizalde.
Con su corazón galopando angustias llegó Federico hasta el auto donde, entre valijas de libertad, lo esperaban Gala y Dalí para esa misma madrugada conducir hasta Madrid donde Vicente Aleixandre y Rafael Alberti, cubrirían su salida en un vuelo especial hasta la ciudad que, en plena mitad del mundo, los refugiaría en un ático.
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