Descripción
El Cielo no pudo esperar
Si alguna vez te has preguntado ¿qué es lo que mueve el mundo? y ¿qué es lo que hace que se detenga? tienes que leer este libro.
Hace 30 años su autora sintió que el mundo se detenía cuando perdió a su primer hijo con tres añitos. Nunca antes se atrevió a hablar de ello. Hoy lo hace para ayudar a todas esas madres que, como ella, han perdido a un hijo.
Nos hemos vuelto tan sumamente respetuosos con el dolor que no nos atrevemos a expresarlo, ni siquiera lo compartimos con los más allegados. Es como si nos fuésemos deshumanizando y, sin darnos cuenta, perdemos facultades que nos hacen menos sensibles a consolar y ser consolados. Recuperemos la fuerza del AMOR, para trascender cualquier acontecimiento doloroso e inesperado, para salir fortalecidos aunque nos parezca imposible.
Un relato que no se detiene en los hechos.
Un amor que trasciende el dolor.
Un alma que busca la tranquilidad espiritual llenando sus días de vida.
Una historia de amor y esperanza.
¿Qué es lo que le impulsa a seguir adelante sin poder nunca detenerse?
¿Cuál es esa fuerza inagotable y misteriosa, esa fuerza gratuita
que fluye y que todos llevamos en nuestro interior,
la que posee el don de poder cambiarlo todo?
Es el AMOR.
Esa palabra que usamos a diario,
que anhelamos vivir y experimentar,
sin saber verdaderamente lo que es.
Y es que los que han saboreado lo que es el amor verdadero
lo han descubierto a través del sufrimiento,
aunque parezca paradójico.
Porque cuando uno ha sufrido en la vida,
ha iniciado su andadura hacia el AMOR,
aunque pueda parecernos contradictorio,
pues todos pensamos que el amor es siempre dulce y suave,
algo que aporta felicidad en el momento.
Cuando el amor se depura sabe que esto no es así exactamente.
Supera el dolor, hay esperanza
Amigo que me lees, no temas sufrir si quieres amar de verdad.
Ambos verbos, sufrir y amar, se conjugan al mismo tiempo en la vida,
o a veces se alternan por momentos no distantes,
pues suelen ser compañeros inseparables en el camino.
Por eso hay que tomar el riesgo de sufrir, si deseas amar y ser amado.
Hay que llorar, para poder sonreír y compartir el gozo del amor.
Te invito a adentrarte en esta historia, en mi historia.
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